Cambiar el rumbo

Hoy es el día mundial de la esperanza, todos pensamos que podemos hacer borrón y cuenta nueva, librarnos de esa pesada carga que es el pasado y sentir que volamos, también sabemos que no es cierto, que el pasado nos guste o no, sigue ahí y sus condicionamientos también.

Es en días como hoy que se hacen recuentos, como si los recuentos no fuesen remover el pasado y supongo que es parte de la trampa.

Realmente da igual que sea 31 de diciembre, esto es porque la tierra da vueltas alrededor del sol supongo, y los años por ello tienen 365 días,  los años son convencionalismos, pero quizás podamos aprovechar estos convencionalismos para cambiar el rumbo. Porque 2017 ha tenido una lección valiosa: cada día alimento una parte de mí mediante mis elecciones y estas elecciones nutren o lo mejor de mí o lo peor de mí, el amor o el miedo.

Esta lección es la más importante que he aprendido hasta el momento, porque determina algo que hasta el momento desconocía, si alimento la parte del miedo, ¿puedo esperar lo mejor de la vida? Y la respuesta es obvia.

Esta lección no la he aprendido un 31 de diciembre, ha sido antes, en sicoterapia, pero aprendida está, el reto es alimentar lo mejor de mí en 2018, sonreir más, trabajar en conocerme mejor y sobre todo disfrutar, porque disfrutar es amarme y alimentar lo mejor de mí. Feliz 2018.

Deja un comentario