Telas de araña

Siempre me he sentido con en una tela de araña, donde la tela son los miedos y la araña, lo obvio la muerte, ser una polilla en un red… (a pesar de ser mariquita y estas no tienen problemas para escapar de la red, biológicamente hablando ).

Esta claro siempre hay versiones, he recibido varias:

1. Lucha o ríndete, la lucha está sobrevalorada, a veces es cuestión de rendirse, de rendirse de veras y aceptar que nuestro futuro está en manos de un universo, que no sabemos si bueno o malo, pero no podemos luchar contra él, quizás movimientos sútiles y aerodinámicos que faciliten los golpes que vengan y al mismo tiempo favorezcan el empujoncito, de los vientos favorables.

2. La vida es como una rosa, tiene muchas espinas. Pues ahora sé que no, que puede ser un clavel reventón, que no tiene el mismo estatus, pero tampoco tiene espinas, si queremos la rosa, tendremos que pagar el precio, pero ¿quiero la rosa?

3. Hacer lo correcto, no sabemos que es lo correcto, las consecuencias de nuestras acciones dependen del universo, de esa concatenación de hechos que ya no dependen de mí, por eso, más que lo correcto, optaré por hacer lo que me gusta, (por su puesto esto es aplicable si no te gusta maltratar a un animal, matar a alguien… en este caso apútante a algo que te ayude a sacar tu rabia y tu mala leche).

Y no sé que hay más, pero las telas de araña, las creamos nosotros, la muerte no las necesita, porque tarde o temprano llegamos a ella, ni si quiera sale a buscarnos, por lo que ¿hasta cuándo pienso seguir inmóvil?

Meteoritos

Un día hay fuegos artificiales, incendios y lluvia de meteoritos, ese día todo el cielo a pesar de la oscuridad se ilumina, el mundo que conocía se desintegra, tampoco importa, es un mundo donde ya no me apetecía vivir.

Un mundo de pensamientos y falta de realidades, donde lo posible era imposible ¿para qué vivir ajeno a la realidad y a la experiencia? Porque los pensamientos no existen, nunca lo han hecho y nunca lo harán son invenciones de mi mente para intentar sobrevivir, alejándome de los abrazos, de los besos, del sol y del mar.

El trabajo no dignifica, es una invención para forzarnos a trabajar, que es la nueva esclavitud, mantener un sistema que nos hace infelices, porque no se puede ser feliz añorando un bolso de Louis Vuitton, al menos cuando lo deseo, tampoco lo necesito.

Los meteoritos parecen destructivos y las estrellas fugaces nos invitan a soñar, pues es hora de quedarse con los primeros, porque es mejor destruir o ser destruido en la verdad, que soñar en la mentira.

Siempre está la posibilidad de acabar y empezar de 0, de dejar lo que no nos gusta y abrazarme a quien me quiere, es hora de soltar lastre y dejar que los meteoritos hagan su trabajo, que mi mundo arda y yo con él, que las cenizas cubran el cielo y extingan dinosaurios que en forma de pensamientos recurrentes me hacen soñar con lo mejor o con lo peor, porque mejor extinguirse en la verdad, que vivir en la mentira.