Siempre me he sentido con en una tela de araña, donde la tela son los miedos y la araña, lo obvio la muerte, ser una polilla en un red… (a pesar de ser mariquita y estas no tienen problemas para escapar de la red, biológicamente hablando ).
Esta claro siempre hay versiones, he recibido varias:
1. Lucha o ríndete, la lucha está sobrevalorada, a veces es cuestión de rendirse, de rendirse de veras y aceptar que nuestro futuro está en manos de un universo, que no sabemos si bueno o malo, pero no podemos luchar contra él, quizás movimientos sútiles y aerodinámicos que faciliten los golpes que vengan y al mismo tiempo favorezcan el empujoncito, de los vientos favorables.
2. La vida es como una rosa, tiene muchas espinas. Pues ahora sé que no, que puede ser un clavel reventón, que no tiene el mismo estatus, pero tampoco tiene espinas, si queremos la rosa, tendremos que pagar el precio, pero ¿quiero la rosa?
3. Hacer lo correcto, no sabemos que es lo correcto, las consecuencias de nuestras acciones dependen del universo, de esa concatenación de hechos que ya no dependen de mí, por eso, más que lo correcto, optaré por hacer lo que me gusta, (por su puesto esto es aplicable si no te gusta maltratar a un animal, matar a alguien… en este caso apútante a algo que te ayude a sacar tu rabia y tu mala leche).
Y no sé que hay más, pero las telas de araña, las creamos nosotros, la muerte no las necesita, porque tarde o temprano llegamos a ella, ni si quiera sale a buscarnos, por lo que ¿hasta cuándo pienso seguir inmóvil?