Ayer fue la lotería de navidad, lo sé, no es nada nuevo, pero escribo esto por una cosa con la que nos caracterizamos, creo que en España, pero como solo he vivido aquí puede ser universal, las tradiciones, a pesar de la inutilidad de las mismas.
Cada año, veo las mismas colas en Doña Manolita, colas interminables ¿cuánto tiempo lleva sin dar un premio gordo en Navidad? A pesar de vender supongo que miles de números, lo cual aumenta sus posibilidades de dar premios, es decir, que más que repartir suerte, digamos que tiene mal fario, pero si seguimos hasta sol, cientos de loteros, con esos números y la gente buscando…
Este simbolismo representa mucho la vida que esperamos, es decir, nos agarramos a lo conocido, porque pensamos que funciona, pero al contrario, quizás esto sea más mala que buena suerte, entregarse al cambio quizás traiga algo mejor, lo de renovarse o morir, otra tradición, otro cliché, pero más acertado.
Siempre me llamó la atención el mundo de la moda, porque es efímero, porque es superficial, no pretende ser profundo. La profundidad, es un viaje peligroso, tocar nuestra esencia, es jugar a ser Dios, aunque a veces es necesario, porque al final, somos un poco como Frankestein, vamos pillando unas ideas de aquí, otras de allí y empleamos toda nuestra energía en ser algo que ni somos nosotros, ni se nos parece en la mayoría de los casos, es entonces cuando el viaje a la esencia, es necesario.
Cuando estás cenando con un amigo y sientes un vacío, cuando alguien te habla y piensas que no te aporta nada, porque de todos podemos aprender algo, porque el que te da su tiempo te esta dando lo más valioso, pero el ego, ya ha alcanzado cotas inasumibles y solo quiere hablar de si mismo, la vida ha pasado al plástico, a mantener unas ideas que son más ajenas, que propias, porque la locura, es olvidar nuestros deseos, para convertirnos en deseos de los demás, en ser deseados y envidiados…
La locura ha de terminar, la batalla ha comenzado y como La libertad guiando al pueblo, la energía ha de utilizarse de otra manera.
Un día cualquiera en Vulcano 